Definir un concepto como la felicidad siempre es un propósito complicado. Al ser un concepto multidimensional e intangible, es poco probable que se llegue a un consenso sobre lo que significa la felicidad o ser feliz, sobre todo en esta era tan marcada por la subjetividad.
No obstante, todo el mundo la hemos experimentado de alguna u otra manera, por lo que podemos partir de ahí para tratar de estudiarla, comprenderla y aprender de ella. En el mundo académico (Jayawickreme et al., 2013), se coincide en que hay dos características inherentes a la felicidad:
Entonces, si llevamos eso al mundo del trabajo, podemos decir que la felicidad laboral se forma por los sentimientos que experimentan los empleados en su entorno, así como por su percepción de la experiencia en el trabajo.
Generalmente, se tiene la idea de que felicidad y trabajo son dos mundos opuestos o, cuando menos, conceptos incompatibles. Sin embargo, tanto empresas como colaboradores cada vez se van dando cuenta del gran impacto que tiene la felicidad en el trabajo. Y es que, se ha documentado recientemente que la felicidad puede aumentar los niveles de productividad y creatividad (Amible et al. 2005; Fritz et al. 2009), compromiso, persistencia (Erez et al. 2002; May et al. 2004) y desempeño (Oswald at al. 2015; Griffeth et al. 2000) en las personas, al tiempo que reduce los niveles de rotación y absentismo laboral.
Por otro lado, la felicidad también tiene un impacto más allá de los individuos: otros estudios han demostrado que la felicidad laboral puede impulsar factores como un crecimiento sostenible, la rentabilidad del negocio y mayores niveles de satisfacción en los clientes y stakeholders (Patterson et al. 2004; Bellet et al. 2020).
En este sentido, podemos decir que la felicidad se ha posicionado como una ventaja competitiva que impacta, tanto dentro como fuera de la organización. Por un lado, los colaboradores tienen mayor motivación y desempeño, lo que se traduce en una mejor productividad; por otro, las empresas pueden mejorar su marca empleadora y convertirse en una opción atractiva para el mercado laboral, atrayendo así a mejor talento por su cultura basada en alegría y satisfacción.
De acuerdo con el estudio “Felicidad Organizacional: Claves para crear lugares de trabajo más felices”, el cual surge a partir de nuestra iniciativa Building Happiness -una herramienta que mide la felicidad en las empresas- las mayores brechas entre las compañías felices y aquellas con menor puntaje son en cuanto a temas relacionados a:
En las siguientes gráficas podemos ver un poco más a detalle la relevancia de cada una de ellas en las organizaciones:
En cuanto a los colaboradores, ¿qué aspectos determinan su felicidad laboral en la empresa? De acuerdo con el estudio, lo más destacado es:
Una de las formas más efectivas para impulsar los cambios necesarios y mejorar la felicidad de los colaboradores en la organización es medir cómo se sienten realmente.
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Con esta herramienta, podrás descubrir:
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En nuestro país, la felicidad y el bienestar laboral son asuntos que se discuten cada vez con mayor frecuencia; las personas se están dando cuenta de la importancia de priorizar este aspecto por sobre todo lo demás.
Sin embargo, aún quedan retos por afrontar: según datos de una encuesta realizada por Buk en empresas de México, Chile, Colombia y Perú, los colaboradores afirman que si bien muchas veces son felices en el trabajo, también reconocen que una alta proporción de personas se sienten estresadas a causa de su trabajo.
En cuanto a México, la mitad de las mujeres (50%) se siente estresada frecuentemente en el trabajo y 1 de cada 5 mujeres afirma sentirse deprimida con frecuencia.
Estos datos, pueden ser un punto de partida para que cada vez más empresas tomen conciencia de la importancia de medir, cuidar y procurar la felicidad de sus colaboradores, así como el lugar que ocupa dentro de sus valores, cultura y entorno laboral.
Así mismo, la felicidad laboral comienza a ser un aspecto decisivo en el éxito y rendimiento laboral. La figura 4, muestra que casi el 70% de los empleados que tienen una satisfacción alta respecto a la preocupación de su organización con el bienestar, no tienen planes de cambiar de trabajo.
Las cifras muestran que aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la felicidad laboral, pues aún cuando se sigue pensando que no es posible ser feliz en el trabajo, la tendencia global señala que este aspecto cada vez determina más el éxito de una empresa en distintas dimensiones, desde lo organizacional hasta lo económico.
Por tanto, no queda más que priorizar este aspecto, sin perder de vista las características importantes como la edad y el género de cada colaborador, que permitan a los equipos de Gestión de Personas diseñar una estrategia cuyo fin sea ofrecer una experiencia inigualable de felicidad laboral para las personas.
Así mismo, es importante entender que la felicidad laboral, hoy es un paradigma amplio, y que va mucho más allá de alguna mejora salarial; debe ir acompañado de una estrategia integral, que cubra y satisfaga las necesidades de los colaboradores, para que ellos mismos puedan sentirse satisfechos con su trabajo, dentro y fuera de él.