La gestión de turnos laborales es esencial para construir equipos de alto rendimiento. No solo se trata de cumplir con lo que marca la ley, sino de fomentar lugares de trabajo más felices que comprendan la importancia del descanso para los colaboradores y, sobre todo, maximicen la productividad.
La Ley Federal del Trabajo (LFT) cuenta con directrices claras sobre el tiempo laboral, específicamente cómo deben gestionarse los turnos de trabajo, por lo que es importante apegarse a ellas para evitar multas y sanciones, pero también para instaurar una cultura de trabajo justa y equitativa.
En este artículo te explicamos sin rodeos cuáles son las jornadas estipuladas, sus límites y cómo gestionar los turnos de tus colaboradores de forma inteligente y eficiente.
De acuerdo con el artículo 58 de la LFT, la jornada de trabajo es el tiempo durante el cual el trabajador está a disposición del patrón para prestar su trabajo. La ley en México no utiliza el término "turnos" de manera coloquial, sino que clasifica las jornadas en tres tipos principales basándose en el momento del día en que ocurren:
Es aquella que se comprende entre las 6:00 y las 20:00 horas. Es el horario de oficina o matutino tradicional. La duración máxima de esta jornada es de ocho horas diarias.
Se desarrolla entre las 20:00 y las 6:00 horas. Debido al desgaste físico y biológico que implica trabajar de noche, la ley protege al trabajador reduciendo la duración máxima a siete horas diarias.
Esta es una de las que más confusión genera al momento de hacer la nómina o los horarios. Comprende períodos de tiempo de las jornadas diurna y nocturna.
Para que se considere mixta, el periodo nocturno debe ser menor de tres horas y media. Si comprende tres horas y media o más del horario nocturno, se reputará automáticamente como jornada nocturna. Su duración máxima es de siete horas y media.
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Es común utilizar estos términos como sinónimos, pero en la gestión de recursos humanos tienen implicaciones distintas:
La LFT permite que patrón y trabajador repartan las horas de trabajo, siempre y cuando no excedan los límites legales y se permita, por lo menos, un día de descanso a la semana por cada seis días de trabajo.
Más allá de la clasificación legal (diurna/nocturna), una buena gestión del talento contempla diferentes esquemas de trabajo adaptables según las necesidades de la organización y el equipo:
Consisten en un bloque de trabajo fijo donde se definen claramente la hora de ingreso, salida y los días laborales de la semana.
Se crean específicamente para un rango determinado de días, estableciendo horas de entrada y salida temporales.
En este modelo no existe un horario rígido de entrada o salida. Se configura una cantidad de horas "x" a cumplir y la jornada comienza a contar en el momento exacto en que el trabajador registra su entrada.
Implican la creación de bloques cíclicos de trabajo y descanso con una periodicidad definida (ejemplos comunes: 4x4, 8x8, 7x7). Pueden asignarse por periodos definidos, ciclos determinados o de forma indefinida.
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Llevar el control en excel o papel se vuelve una tarea titánica y propensa a errores. Un software para la gestión de turnos transforma la administración de personal al permitirte gestionar horarios personalizados y permisos desde una sola plataforma.
Contar con tecnología especializada facilita:
La tecnología no solo ahorra tiempo administrativo, sino que blinda legalmente a la empresa al mantener un registro digital exacto del cumplimiento de las normas y leyes vigentes.
Conocer y respetar los límites de las jornadas diurna, nocturna y mixta estipulados en la LFT es la base de una relación laboral sana y legal. Una correcta administración de estos tiempos, apoyada en herramientas digitales, garantiza el cumplimiento de la ley y mejora la calidad de vida de los colaboradores, evitando la fatiga excesiva y asegurando una remuneración justa.
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