Muchas empresas cuentan con un reloj checador de tarjeta, que es una alternativa a las opciones digitales que se manejan mediante software. Pero de igual forma, sigue representando una elección viable y de uso rudo por su mecanismo y soporte, que vale la pena conocer en detalle.
Es un aparato análogo que permite recolectar y almacenar la información relacionada con la hora de llegada y salida de los colaboradores, además de descansos, tiempos para comer, retardos y horas extra que deban incluirse al momento de calcular la nómina.
Es importante mantener un control de asistencia en las organizaciones para saber los motivos de la baja o aumento en el rendimiento. Esto es fundamental, ya que problemas como el ausentismo laboral es de lo que más afecta a las organizaciones.
De modo que contar con una herramienta para tener una mejor gestión, evitar el ausentismo, la disminución de productividad, y medir sus consecuencias, es bastante conveniente para cualquier empresa, y el reloj checador de tarjeta es un instrumento adecuado para lograrlo.
Estos dispositivos pueden trabajar a base de pilas, ser eléctricos o híbridos (es decir que va conectado a la luz, pero en caso de que esta falle, se activa el uso de las baterías, las cuales se recargan cuando la corriente vuelve).
Funciona a base de soportes físicos y puede tener una carátula analógica, digital, o ambas. Imprime la hora de manera mecánica, ya sea al presionar una palanca, o solo al introducir una tarjeta en la ranura del dispositivo; esto dependerá del tipo de dispositivo. A su vez, algunos cuentan con cinta reversible para una mayor duración en las impresiones y para que se pueda anticipar el cambio.
Las versiones más modernas tienen botones para marcar hora de entrada, hora de salida, de comida y tiempo extra; además de que pueden imprimir retardos en otro color, y utilizar alarmas para un mejor control. Además, brinda la posibilidad de manejar tarjetas semanales, quincenales o mensuales, por cada colaborador.
El funcionamiento del reloj checador es bastante simple, pues el colaborador toma la tarjeta que le corresponde, la desliza en la ranura del reloj checador y acciona una palanca o el botón de la hora que corresponda (entrada, salida, comida o extra), e inmediatamente el mecanismo del dispositivo imprime con tinta la hora en la casilla o renglón correspondiente.
La tarjeta se pone de vuelta en su lugar y en ella es donde se almacenan los datos referentes a los tiempos de la jornada laboral. Es importante tener en cuenta que esta herramienta únicamente es funcional en los recintos de trabajo, no de forma remota.