La inducción y el onboarding son dos procesos relacionados en la integración de nuevos colaboradores en una organización, pero tienen enfoques y objetivos diferentes. La inducción se basa en la orientación inicial y en cómo se familiariza el empleado con la empresa, mientras que el onboarding es un proceso mucho más completo que se centra a partir de la integración a largo plazo, el desarrollo profesional, los valores de la compañía e incorporación a la cultura organizacional, por lo que ambos son importantes para el éxito de las personas en un nuevo espacio de trabajo.
Anteriormente, ingresar a un nuevo puesto era un gran desafío, no solo había que tomar nuevas responsabilidades, también había que enfrentarse y adaptarse a un ambiente totalmente desconocido que podía no empatar con la personalidad de la persona. Por suerte, los Equipos de Recursos Humanos (People) se han dedicado a mejorar este aspecto, y hoy en día existen procesos para que los nuevos colaboradores se adapten mejor a las empresas. Entre ellos, la inducción y el onboarding.
Estos procesos pueden hacer toda la diferencia y lograr que los nuevos talentos se sientan acogidos, y sobre todo, familiarizados con la cultura, los procesos internos y sus labores. Y así, evitar la rotación durante los primeros días de trabajo.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambos?
Primero debemos tener claro que no son lo mismo. La inducción es más breve y es impartida por la organización, en cambio, el onboarding es mucho más completo y busca la interacción entre el colaborador y la empresa.
A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre estos dos procesos.
La Inducción es un conjunto de actividades que se enfocan a orientar durante los primeros días a los nuevos colaboradores. Su objetivo es informativo y las actividades involucradas se llevan a cabo en un corto plazo.
Entre ellas, se encuentran:
El Programa de Onboarding es un proceso mucho más complejo y largo que la Inducción, ya que llevarlo adecuadamente puede aumentar la retención de talento en 82 % y la productividad en 70%. Su objetivo es que los nuevos colaboradores se integren y adapten a la empresa, el puesto y a esta nueva etapa de su carrera laboral. De hecho, podría decirse que la Inducción es una pequeña parte del Proceso de Onboarding.
Cuenta con diferentes etapas, las cuales son:
Horarios, esquemas de trabajo, procesos que se deben de cumplir, canales de comunicación oficiales, aquello que está prohibido, entre otros.
Aquí, al igual que en la etapa de Información de la empresa y cultura organizacional, también se le introduce al organigrama de la empresa para que sepa con quién estará interactuando de forma recurrente.
Además, en esta parte, también pueden haber actividades para introducirse, las cuales pueden ser desde una junta virtual, hasta una comida con toda el área.
A partir de los objetivos platicados y las métricas a alcanzar, al colaborador se le estará evaluando de forma continua. Ya sea de forma trimestral, semestral o anual; para conocer cómo se está desempeñando en sus funciones y a qué nivel está cumpliendo los objetivos estipulados.
La diferencia entre Onboarding e Inducción en gigante, de hecho, podría decirse que la inducción se encuentra dentro del proceso de Onboarding.
El Onboarding va mucho más allá que la Inducción, es un proceso largo, que puede durar desde un par de semanas, hasta un año completo. Es un proceso organizado, con diferentes etapas y personalizado a cada colaborador. Busca mejorar la experiencia del nuevo talento, para que la transición a la nueva empresa y al nuevo puesto sea lo más sencilla posible.
En cambio, la Inducción es una capacitación que se da de forma general, para esclarecer el panorama general durante los primeros días. Este proceso es mucho más breve, suele durar de uno a tres días.
Cabe mencionar, que esto no le resta relevancia a la Inducción, ambos procesos son muy importantes para el Área de Personas o Recursos Humanos. La llegada del colaborador siempre debe incluir un proceso de Onboarding robusto que incluya la información general durante los primeros días (Inducción). Y de esta forma, reducir el estrés que puede suscitarse en este primer acercamiento con la nueva empresa; y a su vez, disminuir la rotación de personal.
La inducción y el onboarding son básicos para los equipos de Recursos Humanos y para la gestión de personas ya que actualmente su propósito va más allá de dar a conocer la organización, sino que pretenden lograr impacto positivo en la satisfacción de los colaboradores y en el éxito de la empresa. La combinación adecuada de ambos procesos puede contribuir significativamente a la integración exitosa y el desarrollo continuo de los empleados en una organización.
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